La boca es el primer lugar donde se experimenta el deseo sexual. Es el portal a través del cual se descubre el confort, seguridad, deseo y amor, en la pareja. Pero, ¿la boca puede ser parte de los juegos sexuales?
Cuando se dá o recibe un beso, el cerebro aumenta la producción de dopamina, una hormona asociada al deseo, y de serotonina, hormona asociada a los sentimientos que se pueden tener por otras personas.
¿Boca Juguetona?
Deja que tu boca os ayude a descubrir sensaciones placenteras antes desconocidas.
Aquí tienes 3 juegos sexuales que puedes realizar con tu pareja, teniendo como protagonista a esta zona erótica:
Cambiar temperatura:
Puedes emplear un hielo, colócalo en tu boca mientras besas a tu compañero. El contraste entre lo cálido y frío y lo húmedo de tu cavidad lo harán experimentar una gran excitación.
También puedes utilizar gloss de diferentes sabores y efectos que os volverán locos a ambos.
Chupetones:
Proporcionan un tipo de estímulo muy parecido al de la lengua, solo que la habilidad principal está en el juego de ceñir la zona estimulada con mayor o menor intensidad con los labios.
Y en darle mayor o menor humedad.
Salvo el interior del pabellón auricular y el ano, así como otras zonas donde los labios sólo pueden besar, el resto del cuerpo puede ser susceptible de ser estimulado a través de los chupetones.
Mordidas:
Los dientes también son una parte de la boca que pueden intervenir en los juegos sexuales; aunque se deben emplear con cuidado, ya que cualquier descuido puede provocar lesiones dolorosas y desagradables.
Las áreas corporales más ideales para recibirlos son: las orejas, los labios, el cuello, los pezones y los genitales.
Recuerda, no se trata de proporcionar dolor, (o sí), sino de crear otra clase de estímulo con la amenaza del dolor.
Lamer:
No en todas las partes del cuerpo se apetece recibir lametones, ni que estos sean igual de húmedos.
El interior del pabellón auditivo, por ejemplo, es muy sensible a la acción de la punta de la lengua, pero la mayoría de las personas prefieren que este contacto sexual no sea tan húmedo.
Los pezones, también aceptan diferentes grados de humedad. Y aquí, no conviene olvidar los pezones masculinos; que son sensibles a este tipo de acción.
El cuello, el pecho, el torso, las nalgas, las ingles, los genitales (el glande del pene y del clítoris, los labios menores de la vulva, los testículos), el periné y el ano. Todos ellos pueden estimularse (con lentitud, con rapidez, con presión intensa, casi sin presión) con la lengua.
Provocando cantidad de sensaciones eróticas muy gratificantes y placenteras.
Si además incluyes lubricantes de sabores o con efectos especiales aumentarás el deseo y la excitación.
Sobre todo no olvides que eres tú y sólo tú quien tiene el poder y la última palabra en lo que a tu sexualidad se refiere.
Siempre con confianza y respeto para disfrutarlo plenamente entre las dos partes.