Las relaciones BDSM son diferentes a las vainilla en más cosas que lo explícito de la relación D/s.
Tanto la interacción sexual, como los niveles de confianza son superdotados, maximizados y mucho más entrañables.
Así mismo los códigos conductuales y la complicidad que ambos generan se vuelven en ocasiones un pesado lastre difícil muchas veces de superar de manera rápida y sobre todo indolora.
Las relaciones D/s como muchas, nacen, crecen, florecen y algunas de ellas terminan.
Puede ser por agotamiento de la propia relación, por diferentes objetivos de ambas partes, por la falta de atención, e incluso por la caída en la desagradable rutina.
Y cuando cualquiera de esas opciones sucede parece que somos incapaces de reconocerlo, de hablarlo, e incluso de afrontarlo.
Pues lo que seguirá después de todo será aún más difícil.
Y es bastante irónico, cuando el diálogo y la confianza son una de las bases primordiales de toda relación D/s.
¿Y qué pasa cuando todo termina?
¿Qué pasa con los Amos y las sumisas tras el fin de la relación?
En algunos casos algunos siguen creyendo que esa persona les pertenece, o siguen perteneciendo a ella, y es aquí donde me refiero a que los vínculos son tan fuertes que no siempre son fáciles de romper.
Terminar una relación siempre es doloroso, pero es preferible una buena y estable relación a una mala compañía.
Y si la honestidad entre ambos es grande y directa la mejor forma es afrontar la ruptura inminente, pero más aún el duelo en ambos casos.
Muchas de las veces seguimos aferrándonos a causas que no tiene remedio ya, y en vez de sanar, nosotros mismos seguimos dañándonos de manera brutal.
Buscamos el contacto constante, evocamos momentos pasados.
Buscamos “coincidir casualmente” en lugares, tiempo y espacio que igual en ningún momento habíamos visitado.
Nos convertimos en ocasiones en acosadores y éso genera que la otra persona pierda completamente la confianza.
Y si hubiese la posibilidad más delante de entablar una amistad cordial, con estas estupideces terminamos por ser lo que nadie quiere cerca.
Entonces pregunto: ¿Cómo gestionar el fin de una relación D/s?
¿Es posible una amistad tras la ruptura o es mejor cortar todo tipo de relación?
La mejor gestión es la verdad, no podemos permitir dañar a alguien que en su momento fue o es importante para nosotros.
Y aunque el dolor es inevitable, estamos conscientes de que lo mejor para ambos era dar fin a dicha relación.
Llevar un periodo de duelo ayuda, extendiéndose el tiempo que crean que necesitan.
Y comenzar a deshacerse de todo lo que vincule a esa persona contigo.
Permitirte madurar y sanar sin forzar las cosas, sin caer en el arrebato o en lo insano.
Porque contrario a lo que todo mundo diría, nosotros mismo sabemos cuándo estamos cruzando ese límite de lo normal a lo insano absolutamente.
¿Es posible una amistad post- relación?
Sí, si ambos tienen la madurez necesaria e incluso después del duelo podría darse una amistad aún más entrañable de las que solemos tener en la vida vainilla.
Una de las causas mas frecuentes de ruptura y la que más daño genera son los silencios y la ausencia y/o desaparición de la otra persona.
Y es que en verdad ¿tanto nos cuesta reconocer que ya no deseamos continuar con la relación?
Desaparecer por periodos larguísimos, o descalificar a la parte sumisa, por el simple hecho de no afrontar que el interés ya no es mutuo, es de lo más vil.
Dá igual que sea por parte de Amos o de sumisas, tiene el mismo calificativo.
Y a la larga es lo que más daño y herida causan, y en muchas ocasiones las más difíciles de superar; pues genera un sentimiento de traición.
Pero ¿Por qué nos cuesta tanto un adiós? ¿Por qué nos cuesta tanto afrontar una ruptura?
Pues muy simple, porque no estamos educados para ello, ni en la vida vainilla ni en el mundo BDSM.
Pero inevitablemente pasa, todo acaba una y empieza otra vez.
Es un ciclo que se debe seguir en todos los aspectos.
Aunque hay relaciones que se establecen por muchos años, al final siempre hay una separación sea cual sea la circunstancia, esa es la auténtica realidad.
Y cuando pasa lo mejor es no mirar para atrás, seguir por un tiempo en soledad.
Cortar comunicación mientras las heridas sanan, y el corazón se fortalece.
Así sin más ni menos, dejar las tonterías, y sobre todo el comportamiento de niños.
Todos sufrimos dolor emocional, todos pasamos por las rupturas pocas o muchas pero es así.
Al final de todo se aprende, y todo se puede utilizar para crecer como persona y por qué no también como sumisa.
Dejar de pertenecer no es dejar de querer.
Se puede seguir queriendo a esa persona por lo que nos ha aportado y desearle lo mejor en los nuevos caminos.
Éso nos ayuda a crecer, a madurar como personas.
Desgraciadamente estamos acostumbrados a utilizar el rencor, el chantaje, y el dramatismo como un mecanismo de defensa cuando algo o alguien deja nuestras vidas e inicia un camino diferente.
Se cometen muchos errores pensando que estamos en lo correcto, cuando la solución está en la honestidad.
El poner siempre las cartas sobre la mesa, y así cada uno saber qué juego es el que jugarán y sobre todo que tipo de relación llevaran.
(Raven Cerise Lepfrand)
Fuente, REVISTA BDSM.