Existen muchas rutas del placer para llegar al mismo destino: el orgasmo.
Una de esas rutas más eróticas nos lleva a alcanzar el clímax desde los pezones.
Los senos, una zona muy orgásmica
En la anatomía femenina existen ciertos puntos erógenos capaces de llevarnos al séptimo cielo con un simple roce.
Los senos, y los pezones son capaces de convertirse en centro de placer si se les mima un poco gracias a la cantidad de terminaciones nerviosas que facilitan el orgasmo.
Varios estudios, confirma que los pezones son puntos erógenos capaces de provocar el orgasmo femenino.
Aunque el informe Kinsey, y también el de Masters y Johnson, hablan de un tímido 1%, el doctor Herbert Otto, que realizó un estudio al respecto sobre más de 500 mujeres, sitúa a las privilegiadas en un 29%.
Datos que recoge Cosmopolitan.
Además, Otto afirma que el orgasmo provocado desde los pechos, es el segundo tipo más frecuente aunque no se le de tanta importancia.
Ya que los senos no suelen estimularse con la misma intensidad y duración como el clítoris o el Punto G.
¿Cuáles son las técnicas para llegar al orgasmo desde los senos?
Para experimentar este tipo de orgasmo, antes, haz que pare el tiempo. No tengas prisa.
Necesitarás un buen rato de caricias, toqueteos, cambios de ritmo y de variaciones.
Atrévete a combinar técnicas orales y manuales.
Jugar con movimientos muy erotizantes, con las manos, con la lengua, con los labios.
Lametazos, mordiscos, pequeños tirones… ¡todo vale!
Masaje erótico en los senos
El secreto de un buen masaje en los senos es no tener prisa.
Las caricias bien dadas en esta zona tan femenina pueden llevar a la mujer a vivir un auténtico orgasmo sin necesidad de penetración.
Paso 1: primer contacto
Es ideal que el chico se unte las manos con aceite y sostenga los senos con las manos.
En este punto se trata de disfrutar del primer contacto.
Paso 2: suaves giros
Siempre con delicadeza el chico debe empezar a acariciar los senos de forma giratoria, primero en sentido de las horas del reloj y después en sentido contrario.
Paso 3: caricias delicadas
Mientras las manos descansan sobre los senos, se trata de empezar a acariciar los laterales con los pulgares.
A la vez que se desplazan las manos en diagonal desde un lado de las costillas hasta el hombro contrario.
Paso 4: a por los pezones
Es momento de atacar a los pezones.
Con las yemas de los dedos se rozan y se juguetea con ellos.
Incluso se puede ser pícaro y pellizcarlos.
Hay mujeres a las que les encanta que los aprieten con fuerza, o que los estiren hasta hacerlos crecer.
Para terminar con el masaje se sujeta un pezón con los dedos a modo de tijera mientras se pasa la otra mano por el extremo del pezón…
¡maravilloso!
Y tú, ¿eres de las que lo has conseguido?
