El Pet Play
El Pet Play es un juego erótico muy utilizado en BDSM, en el que la parte sumisa desea ser tratado como una mascota.
Bien como un perro (dog pet), como un gato (cat pet), un caballo (horse pet), conejito (bunny pet), o cualquier otro animalito.
No tiene porque tener implicación sexual física, ya que la base del juego es el rol entre dueño y mascota. El placer reside en la dominación, el poder, la posesión de la parte dominante sobre el sumiso y en el adiestramiento y la obediencia absoluta de la parte sumisa hacia su dueño.
Normalmente y para entrar mejor en situación, ambas partes se ayudan con máscaras, disfraces, caricias, premios y juguetes propios de las mascotas.
El dominado debe imitar lo mas posible a su animal favorito.
Cada pareja decide si adopta este juego sólo en “sesión” o quiere llevarlo al día a día de su vida cotidiana. Para ello la mascota se alimentará y dormirá cuando y dónde su dueño le ordene.
Deberá obedecer y seguir las reglas que su propietario le dicte. Así, el dueño, podrá restringir la comunicación verbal y exigir sólo sonidos de animales: guau, miau, etc.
Obligará a su mascota a comer y beber directamente con la boca del cuenco, sin utilizar ni manos ni cubiertos.
Le hará jugar con juguetes para animales lanzando la pelota y obligándole a recogerla una y otra vez.
Por su parte la mascota demandará atención, mimos y cariño mediante lloriqueos como lo hacen los cachorros.
En algunos casos, el propietario, llevará el juego hasta el extremo de
obligar a usar una caja en lugar del inodoro e incluso, salir a la calle.
En cualquier caso, siempre partiremos de la base de que como cualquier otro juego erótico, las partes implicadas deben estar de acuerdo en practicarlo y pactar y consensuar una serie de reglas.
Lo mas saludable de la sexualidad es ejercerla de forma libre, responsable y sin complejos.
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