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La Auditoría

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(Tercer Concurso Relato Erótico DENTRO DE TI)

La Auditoría

(Relato Número 8)

Por: QUIET MAN

-No deberíamos…- dijo ella con sus ojos clavados en los míos.

Mis manos estaban en su cintura, y las suyas sobre mis brazos, di un paso para acercarme a ella, sin que
nuestros ojos se separasen un instante, mientras ella retrocedía lentamente.
– ¿quieres que pare? Solo lo tienes que decir- dije yo con suavidad, dando otro paso lentamente, mientras
ella retrocedía
– No está bien…- dijo ella mientras retrocedía un poco más – no deberíamos…- se quedó en silencio cuando
tocó con la pared y apoyó la cabeza, sin dejar de mirarme.
– tienes muy fácil detenerme- dije yo agachando levemente la cabeza hasta quedar a la altura de su oído –
solo dime que pare, o empújame, y pararé- dije casi susurrando, antes de llevar mi cara a su cuello.
-soy la auditora…- dijo suspirando con suavidad, y llevó sus manos a mis hombros, mientras frotó levemente
su cara contra la mía, que estaba besando su cuello -no podré ser imparcial…-
-no se lo diremos a nadie- dije yo separando mi boca de su cuello un momento, -¿qué me dices? – y volví a
hundir la cara en su cuello, mordiendo levemente.

Ella suspiró ruidosamente, estirando de mi para acercarme a ella.

Aquella auditoría duraba ya varios días, y habíamos congeniado bastante, pero de manera seria, nuestros cuerpos se habían rozado varias veces,
pero aquella tarde en que no había nadie en la oficina, metidos en mi despacho, algo lo había hecho saltar
todo, el momento en que ella se puso en pie para coger una carpeta, y se había estirado poniendo sus
pechos contra mi cara, me hizo echarme ligeramente hacia atrás haciendo que ella se desequilibrase,
cayendo sobre mi, luego todo había avanzado solo.
Ella dio un beso en mi cara, y sus manos me apretaron hacia ella, y tras separar la cara de su cuello fui a
buscar sus labios que salieron al encuentro de los míos, y nuestras lenguas empezaron a jugar. Mi cuerpo
se apretó al suyo, y mis manos subieron a sus pechos, que tomé con firmeza, para luego con una mano
desabrochar su blusa sin mangas, y liberarlos del sujetador.

Una vez libres, me separé de sus labios y me agaché a devorar con avidez uno de sus pezones.

Y sentí sus manos rascar suavemente mi cabeza, mientras
ella suspiraba ruidosamente, sentí su pezón ponerse erecto en mi boca, y lo masajeé con la lengua tan
rápido como pude – muérdelo un poco por favor…- dijo ella, por lo que detuve mi lengua, y tras tomarlo
con los dientes, lo apreté un poco y estiré con suavidad… ella volvió a suspirar ruidosamente, y en ese
momento volví a mover mi lengua, sus manos entonces apretaron mi cabeza contra su pecho mientras su
cuerpo se estremecía, y al cabo de unos instantes empezó a mover las caderas adelante y atrás, haciendo
que captase su petición.

Mi mano libre bajó, entró por debajo de su minifalda apartando sus bragas.

Localicé su húmeda y caliente entrada, por la que introduje dos dedos con suavidad, y tras moverlos un
poco y notar la facilidad de movimiento, empecé a masturbarla con intensidad… -bésame, bésame, quiero
tu boca- dijo estirando suavemente de mi cabeza. Mi boca soltó su pezón y la empecé a besar con
intensidad, mientras una de sus manos empezó a acariciar mi polla por encima de los pantalones, y al cabo
de unos instantes volvió a temblar, y separó su boca de la mía para recobrar la respiración. Yo retiré mis
dedos y los llevé a mi boca para saborear sus juguitos, pero ella detuvo mi mano – desde el primer día, me
gustaron tus manos…- dijo con suavidad, y tomando mi mano la llevó a su boca y empezó a chupar mis
dedos con los ojos cerrados, -me alegro de que te gusten mis manos- dije yo, ella sacó mis dedos de su boca
y abrió los ojos, que fijó en los míos, y soltando mi mano dijo -ahora te toca ti- y mientras, sus manos
empezaron a desabrochar mi cinturón…

QUIET MAN

Esther Dentro de Ti | Tu Sex-Shop de Confianza

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